Paulo en plasticreando
GABRIEL HERNÁNDEZ VALENCIA
Taller literario
El escritor y su obra
CAja viajera y narración oral
Viernes 27 de Febrero de 2009
Comuna 4/ I.E SEGUROS BOLIVAR
Taller: un cuento de todos
Promotor: Gabriel Hernández Valencia
Todos los cuentos tienen sus rutas de creación. Para este taller elegimos la más difícil. La colectiva, la estrategia de escuchar al otro con oído de elefante para saber cómo continuar la historia, la estrategia del respeto y la colaboración, la de creer y crear un cuento de todos.
Antes de empezar este viaje por los talleres y las ferias literarias, por allá en octubre de 2008, algún personaje, salido al parecer de una obra de Beckett, me entrego un escrito -con logo verde y todo- en donde se explicaba la cábala de hacer talleres literarios. Estos magos, los escritores de este magazine, habían desentrañado los conjuros de la literatura.
No sé si fue una real desgracia haber abierto el texto referenciado, me encontré con la sistematización Burocrática de la literatura, con la muerte de la creación, con el suicidio masivo del lenguaje.
Digo que no sé, porque a partir del momento en que cerré este librin, me encontré más seguro de mi trabajo como promotor de lectura: arder en el pálpito del lenguaje.
Ahora, aquí sentado después del taller y de haber disfrutado de la muestra por excelencia de la capacidad “Poyetica” de los niños, de su disposición al juego literario y de su respuesta a la hora de construir una ciudad desde las bases de la lectura, me acuerdo de un texto que servía como invocación en un grupo de literatura en la UPB, un grupo de lenguaje que creía en el fuego de las letras , de la creación y de las repercusiones para quien se deja arder en fuego eterno de la literatura:
PARA ENCENDER EL FUEGO ORIGINAL
El escritor y su obra
CAja viajera y narración oral
Viernes 27 de Febrero de 2009
Comuna 4/ I.E SEGUROS BOLIVAR
Taller: un cuento de todos
Promotor: Gabriel Hernández Valencia
Todos los cuentos tienen sus rutas de creación. Para este taller elegimos la más difícil. La colectiva, la estrategia de escuchar al otro con oído de elefante para saber cómo continuar la historia, la estrategia del respeto y la colaboración, la de creer y crear un cuento de todos.
Antes de empezar este viaje por los talleres y las ferias literarias, por allá en octubre de 2008, algún personaje, salido al parecer de una obra de Beckett, me entrego un escrito -con logo verde y todo- en donde se explicaba la cábala de hacer talleres literarios. Estos magos, los escritores de este magazine, habían desentrañado los conjuros de la literatura.
No sé si fue una real desgracia haber abierto el texto referenciado, me encontré con la sistematización Burocrática de la literatura, con la muerte de la creación, con el suicidio masivo del lenguaje.
Digo que no sé, porque a partir del momento en que cerré este librin, me encontré más seguro de mi trabajo como promotor de lectura: arder en el pálpito del lenguaje.
Ahora, aquí sentado después del taller y de haber disfrutado de la muestra por excelencia de la capacidad “Poyetica” de los niños, de su disposición al juego literario y de su respuesta a la hora de construir una ciudad desde las bases de la lectura, me acuerdo de un texto que servía como invocación en un grupo de literatura en la UPB, un grupo de lenguaje que creía en el fuego de las letras , de la creación y de las repercusiones para quien se deja arder en fuego eterno de la literatura:
PARA ENCENDER EL FUEGO ORIGINAL
GABRIEL HERNÁNDEZ VALENCIA
Sin pánico sin vacío sin el aliento peregrino, estaremos encima de la humosidad de la roca, en medio de la neblina debajo de toda música trágica que establece la lógica de la razón animal.Yaceremos en la conjunción de los labios dando pasos moribundos, tumbos sin vanidad, danza de verano.Abriremos las pieles de aquel inocente que se dejo vencer por lo pesado del silencio conforme de la ortodoxia.Encenderemos las lumbres del olor poeta, del iconoclasta pictórico.Beberemos de los hijos de las letras y desnudaremos el asfalto que visten los ojos del profeta; no ocultaremos nuestras ebriedades detrás de la palidez clásica. No cerraremos el puño y abriremos las manos para golpear al viento, babear las líneas invisibles de este mecano y ofrecer un aullido al corazón.Así te invocamos, víctimas de las ficciones, dejadnos tendidos a la merced del reposo, las aflicciones, el ocio y de las notas con las que se musicaliza un pequeño poema lento, como la brasa del fuego con el que forjaron nuestros nombres.