miércoles, 1 de abril de 2009

NUESTRO PERIÓDICO


NUESTRO PERIODICO


Contar aquello que la memoria comienza a ver borroso, contar antes que todo termine. Contar a tiempo, para que lo deshecho por el paso de los días, quede intacto. Contar las tardes de primavera y treinta y nueve niños, pegamento y recortes de periódico enredándose entre los pies. Contar el día de ayer, tendidos en el suelo, escuchando las últimas noticias de la comunidad. Contar el miércoles, el martes, el lunes.

Regresar lentamente, hasta encontrar la línea de partida. Encontrar las causas y los efectos de esta construcción literaria llamada Nuestro Periódico. Taller que se hizo amor por la literatura, tambien amistad perdurable con la letra impresa, línea de partida de nuevas lecturas, semilla de letra que se hizo palabra, frase, párrafo, libro.


Contar el sueño con retazos de periódico. Contar como un rio, los años y las noticias, contar la muerte de Jorge Eliecer Gaitán, la primera vuelta a Colombia en bicicleta, el golpe de estado del general Rojas Pinilla, la muerte de Elvis Presley, la huella del primer hombre en la Luna, la visita de Pablo VI, el primer papa que llega a Colombia, el asesinato de Marthin Luther King, los puños victoriosos de Kid Pambele, el premio Nobel de G. G. Márquez, la desaparición de Armero, la visita de Juan Pablo II, segundo papa en Colombia, el accidente nuclear de Chernóbil, los pedalazos heroicos de Lucho Herrera, la caída del muro de Berlín, la muerte de Luis Carlos Galán, la liberación de Nelson Mandela, la victoria de la selección Colombia 5-0 a la selección Argentina, la clonación de la oveja Dolly, la muerte de lady Di, el terremoto de Armenia, el 11 de septiembre, el Tsunami, la muerte, la vida, el comienzo, el fin.


Contar con fragmentos reciclados de historia, las innumerables noticias que nunca suceden en los periódicos locales y menos en los nacionales. Contar la historia de la fábrica, la Plaza, la tienda, la calle, la esquina, la casa, la sala, la cama, la tumba, la cuna, el sueño, el cielo.

Contar lo que la memoria comienza a ver borroso. Contar para conjurar el olvido al que sometemos todo cuanto escapa a nuestra propia existencia.


Esta es la razón por la cual estos fragmentos de periódico han sido renovados. Todos conservan la fuerza del acto presenciado, del sentimiento contenido, del grito acallado. Ninguno de los autores durante la elaboración pretendía universalidad, solo un pequeño reconocimiento por parte de los lectores de esta revista. El deseo en todo momento fue que cada hombre y mujer encuentren en estas páginas de literatura su propia historia.

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